En últimos días, circula una convocatoria en internet que invita a cada uno de los habitantes del mundo a apagar todas las luces y desconectar aparatos eléctricos para reducir el consumo de electricidad para bajar la cantidad de CO2.
La convocatoria, que circula por Internet, dice así: "Oscuridad mundial: En septiembre 17, 2008 desde las 21:50 a las 22:00 horas. Se propone apagar todas las luces y si es posible todos los aparatos eléctricos, para que nuestro planeta pueda respirar. Si la respuesta es masiva, la energía que se ahorra puede ser brutal. Sólo 10 minutos y vea que pasa".
Aparece en ingles, chino, portugués, italiano, árabe, francés, suizo, turco, alemán, ruso y holandés.
Andrés Schelp, uno de los creadores de los grupos sobre este apagón que circula en Facebook, afirma que el evento se realizará por etapas, en el que cada zona horaria irá delegando su responsabilidad a las otras, a medida que vaya avanzando el día.También sugiere que sea progresiva la reconexión de los aparatos, para evitar sobrecargas; ya que si se apagan bombillos y equipos eléctricos pequeños, será un éxito el ahorro de energía y de emisión de CO2 donde exista termoelectricidad. Pero, “si son máquinas grandes y equipos industriales, que tienen gran demanda de corriente, podrían consumir aún más al momento de que termine el apagón, o sea, cuando vuelvan a encender todos los equipos a la vez”.
Leopoldo Molina, ingeniero electricista, aclara que la iniciativa original se llama ‘La hora del Planeta’ y fue promovida por la organización no gubernamental WWF desde Australia en 2007. Desde entonces se realiza cada 29 de marzo. Por supuesto, las autoridades aclaran que no se oscurecerán ni las calles, ni las áreas públicas, ni los hospitales, ni los servicios de emergencia, así como tampoco dejarán de funcionar los semáforos o las luces de alumbrado vial ya que se provocaría un caos que podría traer graves consecuencias. ¿Pero de verdad se consigue algo?
En Sidney, el año pasado, participaron 2 millones de personas y se vincularon 2 mil empresas. Se logró una disminución del 10.2% en uso de energía, lo que equipara a sacar más de 48 mil carros de circulación.Los habitantes de Sidney tuvieron las luces apagadas durante una hora y disminuyeron el consumo de energía de sus electrodomésticos. Se realizó entre 8 y 9 de la noche y se unieron ciudades en países como Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Fiji, Irlanda, Israel y Tailandia.
Yo creo que tenemos que unirnos a este movimiento, porque día a día somos participes de la muerte progresiva de nuestro planeta y no nos afecta quedarnos en la obscuridad diez minutos, lograríamos un cambio pequeño pero trascendental.
También podemos realizar otras actividades para salvar a la Tierra del desgaste que le hemos proporcionado, como consumir productos orgánicos, cambiar nuestros focos y aparatos eléctricos comunes por ahorradores, reciclar y unirse a movimientos como éste.
La convocatoria, que circula por Internet, dice así: "Oscuridad mundial: En septiembre 17, 2008 desde las 21:50 a las 22:00 horas. Se propone apagar todas las luces y si es posible todos los aparatos eléctricos, para que nuestro planeta pueda respirar. Si la respuesta es masiva, la energía que se ahorra puede ser brutal. Sólo 10 minutos y vea que pasa".
Aparece en ingles, chino, portugués, italiano, árabe, francés, suizo, turco, alemán, ruso y holandés.
Andrés Schelp, uno de los creadores de los grupos sobre este apagón que circula en Facebook, afirma que el evento se realizará por etapas, en el que cada zona horaria irá delegando su responsabilidad a las otras, a medida que vaya avanzando el día.También sugiere que sea progresiva la reconexión de los aparatos, para evitar sobrecargas; ya que si se apagan bombillos y equipos eléctricos pequeños, será un éxito el ahorro de energía y de emisión de CO2 donde exista termoelectricidad. Pero, “si son máquinas grandes y equipos industriales, que tienen gran demanda de corriente, podrían consumir aún más al momento de que termine el apagón, o sea, cuando vuelvan a encender todos los equipos a la vez”.
Leopoldo Molina, ingeniero electricista, aclara que la iniciativa original se llama ‘La hora del Planeta’ y fue promovida por la organización no gubernamental WWF desde Australia en 2007. Desde entonces se realiza cada 29 de marzo. Por supuesto, las autoridades aclaran que no se oscurecerán ni las calles, ni las áreas públicas, ni los hospitales, ni los servicios de emergencia, así como tampoco dejarán de funcionar los semáforos o las luces de alumbrado vial ya que se provocaría un caos que podría traer graves consecuencias. ¿Pero de verdad se consigue algo?
En Sidney, el año pasado, participaron 2 millones de personas y se vincularon 2 mil empresas. Se logró una disminución del 10.2% en uso de energía, lo que equipara a sacar más de 48 mil carros de circulación.Los habitantes de Sidney tuvieron las luces apagadas durante una hora y disminuyeron el consumo de energía de sus electrodomésticos. Se realizó entre 8 y 9 de la noche y se unieron ciudades en países como Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Fiji, Irlanda, Israel y Tailandia.
Yo creo que tenemos que unirnos a este movimiento, porque día a día somos participes de la muerte progresiva de nuestro planeta y no nos afecta quedarnos en la obscuridad diez minutos, lograríamos un cambio pequeño pero trascendental.
También podemos realizar otras actividades para salvar a la Tierra del desgaste que le hemos proporcionado, como consumir productos orgánicos, cambiar nuestros focos y aparatos eléctricos comunes por ahorradores, reciclar y unirse a movimientos como éste.